lunes, 1 de noviembre de 2010

Mis últimos días en Bolivia (2)






No dejé a mi madre que me ayudase con la maleta para demostrarla que podía ser autosuficiente, que sabría como arreglármelas “allá” en el extranjero. Pero la verdad es que no tengo mucha idea de que llevarme. Se me ocurrió encender la televisor y ver las noticias de España para ver que tal tiempo había y decidir con qué ropa viajaré. Pero la idea resultó no ser nada gratificante; en vez de ayudarme y calmarme un poco los nervios, me conmocionó una de las noticias principales acaecidas la mañana anterior; una panda de  seis chavales vestidos con chambergos negros y con dos copas de más habían asestado varios golpes a una mujer de 43 años  a la salida de un parque causándole graves fracturas craneales. ¡La mujer era peruana! En ese momento pensé si los extranjeros de un pueblo vecino correríamos la misma mala suerte.-“Bueno, siempre podré curarme yo sola, para eso voy a estudiar enfermería”-me dije intentando convencerme a mi misma.

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